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miércoles, 28 de marzo de 2018

LA CONTRA INICIACIÓN

Son abrumadoras las evidencias, que de manera sencilla se reúnen, para poder afirmar que la Tradición Iniciática es vulnerada cuando se niegan determinadas enseñanzas con la idea de deformar y acomodar de forma directa su ritualística, desde el marco ideológico general y de los contenidos de sus enunciados, para que personajes no aptos para ella, desde una perspectiva esotérica, puedan ingresar en las instituciones que se precian de ser auténticas.
Nosotros definitivamente denunciamos eso como la degeneración y la absoluta negación de algo muy preciado que en el curso de los siglos siempre ha guiado como faro a la humanidad en medio de la más profunda oscuridad, y existe, afortunadamente, por gracia de los verdaderos custodios del real Camino Iniciático, con el objeto de llevar hacia lo suprahumano a los adeptos de las escuelas mistéricas .
Nos referimos particularmente a pseudo Masonerías y otras Órdenes que han irradiado o expulsado al Sublime Arquitecto de los Mundos de las prácticas rituales y se han alejado de forma definitiva de todo aquello que tenga que ver con la idea de la trascendencia del espíritu humano hacia su fuente divina, lo que fue la esencia más pura de la antigua y verdadera Masonería.
Enunciar lo anterior es motivo de graves problemas para algunos masones que se forman en medios de la anti Masonería a fuerza de estudio e investigación, lo que en diversos escenarios no es “natural”.
Justamente, es muy fácil ver numerosas evidencias que demuestran que las cofradías de la Edad Media eran realmente místicas y sus Grandes Logias tenían un claro acento cristiano – místico, para no decir absolutamente cristiano – espiritual. En su seno corrían las leyendas de caballería que tenían a la búsqueda del Grial y del Arca de la Alianza como el objetivo central de la vida de Órdenes de monjes y caballeros andantes que luego se integraron a los diversos ejércitos nacionales y feudales de la vieja Europa: el Grial como la recuperación del otrora perdido paraíso espiritual humano (el regreso a la divinidad de forma consciente) y el Arca interpretada como el conocimiento legado por la Divinidad para la recuperación de ese “estado de gracia” del cual se habla en muy pocas Logias.
Ser Iniciado era asumir el espíritu de la caballería en la lucha incansable por recuperar del propio ser la mística, y, de muchas formas, una existencia monástica consagrada a una idea, o a una dama ideal, por la que todas las osadías eran posibles, incluso, la entrega de la vida.
Muchos Maestros de la Antigüedad tuvieron su forja en hermosas formas Iniciáticas, las cuales no vamos a describir en este breve artículo por estar ya indicadas en otros escritos nuestros, pero podemos reiterar que el corazón anhelante de las realidades espirituales son el genuino origen de la Masonería y de otras escuelas como las rosacruces y el Martinismo (muchas de las cuales continúan con este tipo de trabajo y cultivo de conocimientos).
Pero, cuando alguien propuso que se retirara a Dios, o como lo queramos llamar, de los rituales activos de la Masonería y de su encuentro efectivo como causa final de los trabajos de toda Logia, hasta allí se puede decir que hubo Iniciación y se empezó con la contra Iniciación.
Esto último quiere decir que las personas que ingresaron en estas nuevas Órdenes (más bien en medio de grandes desórdenes) encuentran el ateísmo y la semi creencia de tipo pasiva (con la retahíla infinita e intelectualoide del laicismo), para reemplazar la idea mística y de la espiritualidad, por asuntos que no son del resorte ancestral de la vieja y auténtica Masonería, aquella que produjo y produce grandes maestros esotéricos.
Lo hemos dicho: la vida republicana hoy ya no es una discusión que se deba dar en las Logias. Si lo ha sido alguna vez fue por la misma supervivencia social frente a un gran dictador y convulsiones sociales, y tal vez lo sigue siendo en países que sufren de estas circunstancias; pero la Masonería primigenia, aquella que guardaba el gran secreto de la alquimia, se ocupaba, y se ocupa, del desarrollo humano hacia una soberanía espiritual humana individual y colectiva (Logia).
No es tema central de nuestros Talleres en Menfis – Mizraim que un presidente de un Estado nacional sea mediocre o no; es claro que esas discusiones son bizantinas para nosotros y respetamos el criterio individual de cada Masón y cada Masón nuestro respeta a la Logia y no le lleva estos asuntos a ella. Y mucho más absurdo aún que nos vayamos a dedicar a reunir contactos y relaciones públicas para ir hacia el tráfico de influencias (que es un delito en nuestro país y en muchos otros) para ganar jugosos contratos. Eso no es Masonería y jamás lo será (la Masonería de club, burguesa y pequeño burguesa no es para nosotros Masonería real, es una degeneración evidente de la idea primigenia).
Mucho menos aún, es posible que dediquemos esfuerzos en la utilización de la Orden de Menfis – Mizraim para encumbrar políticamente a una persona. Caeríamos en el grave y aberrante error de pensar que Masonería es una escuela de poder.
Para propios y extraños decimos muy claramente, y en voz alta, que quienes utilicen a la Orden Masónica para servirse de ella de las formas mencionadas, no son masones, y más aún, podríamos decir que rayan con la delincuencia por el abuso que se hace de las relaciones cercanas de personas que portan responsabilidades públicas del estado e incluso, de la empresa privada. La Masonería no está hecha para promover la corrupción de funcionarios estatales y/o de empresa privada. Quien crea eso es mejor que no se acerque a nosotros.
Por ello este corto ensayo: nuestra Gran Logia Regular de Colombia de Menfis – Mizraim alberga objetivos hacia la trascendencia humana honrada y limpiamente, nada más. Trabajamos ante el Sublime Ojo de la Consciencia Divina y a él presentamos nuestros Trabajos.
Lo declaramos sin ambages y con el menor temor de caer antipáticos ante quienes corrompen la esencia espiritual de una escuela tan noble, antigua y hermosa como es la Masonería.

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